4/12/09

El Maestro habla a los Ayalas (Cuatro monedas en la fuente) Lectura de domingo de Raviolos


Se adelanta la lectura del Domingo, por ser el lunes día de "San Cristóbal el descubriente"

"Ánimo...Ánimo!" díjole el Maestro al menesteroso, ciego y cojo..."Tu fed [?] te ha sanado..."
"Pero cómooo?....Maestro, si llevo así casi catorce años y ni siquiera en fonasa me atención dadme, he padecido como padeció aquel, que sin ver viese y como el que en loca carrera su cuerpo estrellase! [o sea ver estrellas] en el muro, sus lamentos. Mi cuerpo maltrecho soporta sin gloria: desprecios e insultos, que por entretened otros propinan a este pobre ciervo."
El Maestro lo miró fijamente [fixamente se le dice también] y de la cesta tomando una hogaza de pan partiola en tres diciendo:
"¿Sois hijos de Israel?...Pues ved y comed que como al sediento os será dado, mas si por porfía ocultases el martillo, la vid y la simiente, entonces, no preguntéis al enfermo. Id, id por el camino a Jericó y llevad el cordero pascual con vosotros".
Y rasgando un trozo de paño, cerró los ojos y dijo:
"¡Mi sangre es bebida!"
Los labriegos, el menesteroso y otros aldeanos se retiraron cabizbajos diciendo:
"Está bien... chis!...pero y nosotros ¿¿cuándo??..."

1 comentario:

Unknown dijo...

Maestro, maestro, tu palabras ocultas permanecen para mí. Aun así, me contento con tu relato, y el relato que el relator hace. Quisiera seguir escuchando a este Creador, pues a mi alma ha inquietado por saber cómo continuaría su relato, tan bien hilado como impenetrable para mi alma profana.