2/7/25

Alfonso Cangas, infatigable promotor del rico patrimonio histórico y cultural de Casablanca


Por Pablo Salinas

Las historias de Algarrobo y Casablanca están estrechamente unidas. Hasta su creación en 1945, la comuna balneario dependió administrativamente de Casablanca, que en unos 40 kilómetros a la redonda fue y es, por lejos, el asentamiento urbano más antiguo. Por lo mismo, cuando investigamos antecedentes históricos de más de 80 años, toda la documentación legal nos lleva necesariamente a Casablanca. Y, muchas veces, a los diarios publicados en la entonces capital provincial por don Valentín Cangas del Collado. Se trata de las que deben ser con certeza las publicaciones más antiguas de toda la zona, comprendida la actual provincia de San Antonio. Periódicos que este natural del remoto pueblo asturiano de Libardón comenzó a publicar en los últimos años del siglo XIX y que lo convierten en una figura imprescindible y mayor de la historia de nuestra prensa local.
Hoy es su bisnieto, don Alfonso Cangas, quien mantiene vivo el virtuoso ejercicio de la memoria colectiva. Ayer, cuando recorro las calles de la ciudad en su compañía, a cada paso los vecinos lo saludan. El gran amor que siente por la localidad en la que su familia echó raíces hace ya un siglo y medio se palpa. Parece conocer la historia de cada rincón, de cada esquina. Preocupado por el devenir de Casablanca, me muestra las casas donde vivieron dos coterráneos ilustres, el poeta Alejandro Galaz -la biblioteca comunal lleva su nombre-, y Jorge Montt, vencedor en la guerra civil de 1891 que terminó coronando su carrera convirtiéndose en Presidente de la República. Ambas propiedades lejos de conservarse en un estado acorde a su alto valor patrimonial. Al menos están todavía en pie, me comenta don Alfonso. Otras, como la del Padre Hurtado, ya fueron demolidas...
Don Alfonso junto a la casa que fue del poeta Alejandro Galaz


También visitamos otro lugar histórico, la propiedad que fue de su ilustre bisabuelo, en la esquina de Portales con Chacabuco, donde en 1888 se dio vida a "El Eco de Casablanca" y hoy funciona el negocio "Don Lalo", en recuerdo de su tío abuelo, Eladio Cangas, y en cuya fachada luce grabado en madera el escudo familiar.
Jorge Montt Álvarez nació en Casablanca en 1845. En 1891 se convirtió en Presidente de Chile. Esta fue su casa.


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