Por Pablo Salinas Entrado y bien entrado el siglo XXI, a la gente se le pone bien cuesta arriba enfocar con cuestionamiento ciertas materias, ciertas materias presentadas como verdades, es decir, materias que alcanzan estatus de dogma . La actual crisis del COVID permite que el fenómeno quede expuesto con claridad inusitada. El planeta entero sumergido en cosa de meses -o apenas semanas- en un trance de tipo sanitario y, por consiguiente, empujado a poner bien en caliente cuestiones -cuestiones médicas- cuya circulación, hasta antes, se limitaba a la estricta órbita de los especialistas. La infectología , muy predominantemente, se saca desde estantería de la academia y los laboratorios, pero solo en clave de becerro de oro: aquí la tienen, consúltenla, ella guiará sus pasos. Deslizar un comentario revisor, un cuestionamiento, nunca bienvenido, menos ahora. Se trata de verdades tomadas y asumidas como graníticas; cualquier duda sobre cuán sólidamente construido ...
Desde el litoral