Esto no es exactamente reciente. En rigor, lleva ya un tiempo, un par de años. Y que nadie me acuse de nada; simplemente, por una razón de estricta “estadística”, es así. Lo pongo de esta manera: supongamos que existiera un diario –hoy por hoy, de hecho, perfectamente se podría hablar de una red social- encabezado y escrito sólo por mujeres . En éste, este diario virtual, se publica cierta clase muy específica de información: huestes de ángeles socorredores, sanaciones a distancia, portales energéticos que se abren, naves nodrizas que nos supervisan, etc. Y en lo que se refiere a nuestro territorio en particular: que frente a nuestras costas –o bajo ellas- se escondería una ciudad de luz . De hecho, esto explicaría en parte los varios avistamientos de ovnis que se habrían percibido sumergiéndose o sobrevolando nuestras rugidoras aguas del Pacífico –asunto que incluso ha alcanzado cierta repercusión en la prensa regional -. Materia de debate se vuelve ahora el determinar con exactitud...
Desde el litoral