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Mostrando entradas de marzo, 2013

El centralismo en cuatrocientas doce palabras, por Mario Barahona

El centralismo no está  en el centro de la metrópolis, está aquí dentro.  La gran metrópolis no está construida sólo con hormigón y vidrio, sino también con expectativas. ¿Dónde pondremos entonces nuestras expectativas? ¿Trabajamos-vivimos para las grandes empresas constructoras? El centralismo es como la TV: si la apagas, desaparece. Más aún, es saludable desenchufar el aparato para que no se produzca consumo vampiro que abulte nuestras cuentas el fin de cada mes. El centralismo es como las viseras de los caballos de feria, que además le cuelgan del cuello un saco con heno y le hacen creer que está en el campo. Con suerte le dan de beber agua, al menos al regreso de la dura jornada arrastrando un carretón ajeno con carga ajena por caminos ajenos. El centralismo escritural es la suma de todas las expectativas que pasman el espíritu y la mente tal como la TV al final de cada jornada de trabajo animal. Si tienes suerte bebes agua; si no la tie...