Debo ser franco: desde que apareció internet todo se fue al carajo. Siempre se habló de que los seres humanos necesitamos de la información para completarnos como individuos, para armarnos una imagen más precisa de nuestro entorno, para saber dónde estamos pisando. Hoy, como cualquiera lo sabe, los contenidos, los verdaderos contenidos, emigraron definitivamente hacia la web. Ahí está todo: la jalea completa que se va generando en este planeta circula por el carril cibernético, no por otra parte. Desde la mierda más mierda hasta los análisis más sesudos, actuales y pormenorizados. Así, es fácil que nuestra dependencia alcance niveles brutales. Sensibilidades volubles, las nuestras, ávidas de información veraz, creemos pillar la hebra de la información real , vedada en los medios masivos, los otros medios , y ¡cómo no sentir que nuestra obligación es volcarnos con pasión a atender a lo que ésta nos ofrece! Hasta hace un tiempo todavía se hablaba de contracultura . Hoy vamos de progresis...
Desde el litoral